"Lo que sucedió en los Urales no fue una
lluvia de meteoritos, como se ha dicho", desmintió Elena Smirnij, portavoz
del Ministerio de Situaciones de Emergencia. "Fue un único meteorito, que
entró en combustión al pasar por las capas superiores de la atmósfera. De este
modo, desencadenó una onda expansiva que rompió las ventanas de varias casas en
la zona".
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